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4 abr 2012

Los codorniceros ausentes

Yo ya no llegué a disfrutar de La Codorniz, cuyo último número salió cuando yo tenía 4 tiernos añitos (sí, en aquella edad todavía eran tiernos. No duró mucho, pero esa es otra historia). Decía que no llegué a coexistir con la mítica revista, pero sin embargo todos los gigantes del humor parecen haber pasado por ella. La lista de ilustres colaboradores impresiona.



Y ayer, día 3 de Marzo de 2012, se nos fue otro. Antonio Mingote, que si estuviéramos en inglaterra ya tendría el título de "Sir". He de reconocer que me ha emocionado la viñeta que Forges, otro de los "codorniceros" y uno de los pocos que nos quedan de esa época dorada, le ha dedicado hoy en "El País". Lo confieso: me toca muy hondo cuando se van estos genios, gente que cada vez me doy más cuenta de lo irrepetibles que son. No ya sólo irrepetibles, sino también irreemplazables. Y es que no sé si soy yo, si es nostalgia, pero soy incapaz de vislumbrar en nuestra generación ni la mitad de ese inmenso talento que se desparramaba en cada uno de esos genios (creo que hoy toca repetir, enfatizar e insistir con ese adjetivo), de los que lamentablemente cada año añadimos varios a la lista de los ausentes.



Dado que hoy habrán decenas de artículos y blogs recordando merecidamente a Sir Antonio Mingote, yo quiero aprovechar también (y tengo la impresión de que a él le gustaría) para recordar a otros de esos grandes que coincidieron en esa revista que curiosamente y al contrario de lo que se podría esperar, no supo sobrevivir a la libertad de expresión.

Miguel Mihura. Fue el fundador y era para mi de los menos conocidos, quizás porque nos dejó hace ya más de 30 años, en 1977. Representante del humor absurdo (que era lo que por otro lado más abundaba en la publicación), se dedicó principalmente a escribir obras de teatro. La lista de las obras que escribió, principalmente comedia absurda, es larga y conocida. Muchas se adaptaron después al cine.



Chumy Chúmez. Yo lo asociaré siempre a la sección de "El debate sobre el estado de la nación", pero como humorista gráfico era de los más cáusticos, hasta el punto de que sus viñetas son tan dolorosamente certeras que duelen. También escribió unos cuantos libros, era habitual en tertulias y dirigió un par de películas. Nos dejó en 2003.


Don Miguel Gila. Otro "lord" de esto, ya dedicamos no hace mucho aquí una entrada al maestro entre maestros, al gigante del humor y catedrático de los monólogos. Qué acertada y emotiva fue por cierto la campaña de Campofrío de estas navidades. Pero como hoy hablamos de codorniceros, toca recordar (ya lo hicisteis algunos de vosotros en esa entrada que he mencionado) que Gila también hizo sus pinitos en esto del humor gráfico. Y muy bien, por cierto. Dejó un enorme vacío en 2001.


El marqués de Serafín. Quizás uno de los menos conocidos, probablemente porque a diferencia de los anteriores se dedicó principalmente al dibujo y no publicó en prensa, a nivel artístico era uno de los más completos, capaz de caricaturas de trazo simple y de dibujos mucho más realistas. Se fue con Chumy, en el 2003.



El Perich. Ya me estoy quedando sin adjetivos, pero como había comentado, los que pasaron por La Codorniz fueron (¿lo digo de nuevo?) GENIOS del humor. El dibujo atropellado y a medio acabar de Peric es inconfundible. Perich murió joven hace ya 17 años, en 1995.



Rafael Azcona. Pues sí, este famoso guionista que ha firmado algunas de las películas españolas más famosas también pasó por La Codorniz. Aunque escribía principalmente los relatos de El Repelente niño Vicente, también hizo sus pinitos con el lápiz. Lo echamos en falta desde 2008.


Manuel Summers. Aunque a muchos Summers suene a polvos pica pica, Manolo Summers tiene casi 20 películas en su haber (aunque reconozco que no me gustan demasiado, probablemente porque dicen que sus películas buenas son las primeras). Como dibujante es también bastante reconocible y muy en la línea absurda de los codorniceros. Falta desde 1993.



Seguro que me dejo muchos, y algunos de ellos serán vuestros favoritos. De entre los que seguimos disfrutando están El Roto, que en La Codorniz firmaba como Ops, Forges, y algunos de los que entraron en la segunda época de la revista. Como curiosidad, Umbral quiso colaborar y lo rechazaron. Cela al parecer sí participó pero se fue porque no le gustaba el humor de la revista.

A todos los mencionados en esta entrada, y a los que me dejo: gracias. Menuda estaréis montando ahí arriba para recibir a Sir Mingote.

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Por cierto, viendo algunos de los chistes, que tienen décadas, ¿no es inquietante lo actuales que son?

20 comentarios:

  1. Pues sí que son actuales, si... ¿de verdad que no los han publicado esta semana...?, porque bien podría ser.
    ¡Biquiños!

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    1. Hola, Carina, qué alegría verte. Esta gente que hace lustros (bastantes, en algún caso) ya decían las cosas de una manera tan clara y lúcida, y siguen siendo tan acertadas, sólo pueden tener razón.

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  2. creo que la mayoría de países tiene al menos una publicación humorística de tipo político que reúne a sus mejores viñeteros que luego migran a publicaciones de la prensa escrita donde siguen desarrollando sus ideas con una legión de fieles seguidores detrás. saludos.

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    1. Hola, Draco, ¿qué has hecho que tu comentario se me ha metido en la carpeta de spam?

      Lamentablemente, Draco, tanto las publicaciones esas como los viñeteros de calidad, están en peligro de extinción.

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    2. si mi comentario ha ido a parar a tu carpeta de spam es un asunto de blogger. últimamente no puedo comentar a través del explorer porque mis comentarios desaparecen por arte de magia cuando vuelvo a visitar la página comentada. eso no me sucede a través del mozilla. saludos.

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  3. Qué pena lo de Mingote, el último de los humoristas clásicos. Mi padre coleccionaba "La Codorniz". Me encantaban sus portadas y había un dibujante, Tono, que me fascinaba por su surrealismo. Recuerdo un chiste en que un científico le decía a otro "He diseñado esta máquina" y el otro respondía: "Pues yo no" Y ya está.
    Conocí a Serafín y su mundo de marquesas personalmente cuando presentó en Barcelona una exposición de sus originales. Es curiosa la transición de esa revista que al principio era muy fascistoide y acabó llevándose palos de la censura franquista. Saludos. Borgo.

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    1. Me extrañaba que no tuvieras alguna anécdota con alguno de los de esta lista, Miquel. Serafín es quizás el que menos encaja, visto el estilo de los demás.

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  4. Buen homenaje si señor y la selección de esas viñetas geniales. Después de La codorniz, vino El papus y ahora El jueves, aunque su humor quizás no sea tan sutil, pero hay de todo, como en la viña del señor.

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    1. Será por el tiempo que le tocó vivir, pero veo a El Jueves mucho más gamberra que otra cosa. Antes me gustaba más que ahora.

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  5. Pues será que no tengo mundo, yo no lo conocía (La codorniz). Pero ahí está mi chico, para aprender cosas nuevas cada día a su lado. Gracias a tí guapo. Besos

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    1. No es mundo, es edad. Los jóvenes no la conocemos demasiado. Los "comiqueros" sí han leído mucho sobre ella, ya que es referente de muchas cosas (casi todas buenas). Pero si no eres lectora de cómics, has de tener unos cuantos años para conocerla.

      Besos a tí.

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  6. Pr la época y circunstancias en las que les tocó vivir, aprendieron a decir mucho sin ofender, sino con mucha fina ironía.

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    1. Sí, eso será, más o menos lo que le quería decir a Cahiers un par de comentarios más arriba.

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  7. Jo, pues el menos conocido era el que más elaboraba los dibujos y escribía con más acidez. El resto de sobra los conozco claro pero vaya con el marqués.

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    1. Tiene unos cuantos tebeos de corte erótico. Lo del más ácido habría una dura pugna. Chumy Chúmez era un energúmeno (en el buen sentido) con cada chiste.

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  8. Mi padre era un entusiasta de La codorniz, y recuerdo verlas desde pequeño. Esa generación inicial era portentosa...la otra generación del 27...Neville, Tono, Mihura, mi paisano José López Rubio...el cine de Berlanga sería el exponente cinematográfico...y añadir como curiosidad que el gran crítico Alfonso Sánchez fue también colaborador de la genial revista (con varios seudónimos, como Sito o Chistera)

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    1. Ya estaba echando de menos tu comentario, Tirador, pues sé perfectamente que eres un admirador de esa revista y la generación de artistas. La primera generación es como dices portentosa, pero también la segunda. Creo que los que entraron después de los años 60 ya no fueron lo mismo, y en sus últimos años se comenta que se fueron más hacia el destape y por ello perdieron su esencia.

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  9. Mi padre era muy amigo de Mingote, trabajaron en alguna cosa juntos y en otras muchas coincidieron. Ambos dibujaban y quedaban a menudo a comer o cenar simplemente para charlar. Mi padre nos decía siempre que él admiraba tremendamente a Mingote como dibujante pero mucho más como persona porque era una bellísima persona y todo un señor. Y es verdad.
    Yo tengo un libro recopilatorio de La Codorniz y le tengo dedicado por mi padre. Sobra decir que lo guardo como un tesoro porque, además, toda la gente que aparece ahí dentro eran, como bien dices tú, auténticos genios.
    Preciosa entrada, natsnoC, y muy necesaria. Me ha encantado leerla.

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    1. Vaya, me has sorprendido con lo de tu padre y Mingote. Conocerlo de verdad, de quedar frecuentemente a cenar o charlar, es algo que intuyo no hay mucha gente que pueda decirlo. Un privilegio, porque además lo que dice tu padre se lo he oido a mucha gente.

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  10. Mi padre era creativo publicitario, dibujaba y escribía, y hacía muy bien las dos cosas porque ademas tenía un punto mágico en su manera de expresarse, tanto dibujando como escribiendo, era de los que te llegan al corazón. Con Mingote coincidió por vez primera a finales de los 50, principios de los 60, y a raíz de dibujar los dos. También conoció a Tono, a Mena, a Forges, a Chumy Chúmez, a Azcona... y también tenía relación con ellos pero fue mucho más estrecha su amistad con Mingote, encajaban a las mil maravillas. Yo no recuerdo haberle conocido en persona (me hubiera encantado) pero dos de mis hermanos tienen sus respectivos dibujos de Mingote dedicados expresamente a ellos por él.

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